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Transcripción descriptiva
video Sr. Ricardo,
paciente de psoriasis

Mi historia

[Sr. Ricardo, paciente de psoriasis] 

Era casi principios del año 2000. En aquellos años mis hijos jugaban al fútbol cada ocho días. Nos asoleábamos mucho. Me ponía bien colorado. Pero en una de estas ocasiones viví otra vez ese enrojecimiento, pero no desapareció.

Acudí a un doctor y me dijo que era como una alergia. Entonces me dieron un medicamento y lo tomé confiado en que se me iba a quitar, pero no desapareció. El enrojecimiento fue bajando hasta que llegó a cubrir la mitad del cuerpo y luego las piernas. Después se formaron unas lesiones más marcadas, como una capa, como si fuera de caspa o de polvo. Era algo blanco, como una costra. Empecé a tener sangrados en mis pies y manos. Tuve que usar vendas.

La desesperación ya entraba fuerte en mi vida porque decía: "Pues ya son varios médicos que he visto y no me curan". No sabíamos qué era.

[Señora Mireya, esposa del Sr. Ricardo]

Se le cayó el cabello, las pestañas, las cejas. Sus uñas se hicieron tan gruesas que no se podían cortar con un cortaúñas. Hay gente que no lo entiende. Nos tocó muchas veces ir en el transporte y que él se agarrara de los tubos; la gente lo veía y se retiraba.

Ricardo siempre nos decía: "No, no se acerquen". Yo, al contrario, les decía a mis hijos que estuvieran con él. Somos una familia. Me sentí muy mal por el rechazo social.

[Sr. Ricardo, paciente de psoriasis]

Ya tenía que andar todo tapado para que no se vieran mis lesiones. Incluso pensé en el suicidio, pero no por cobardía, sino para dejar de causarles daño. Afortunadamente, ese pensamiento pasó rápido, pero lo platico porque eso es lo que vivimos los enfermos de psoriasis.

Llegar al diagnóstico me tomó un año y seis meses. Me hicieron unos estudios, y entonces me llamaron. Me dijeron: "Usted tiene psoriasis". Vi que era una enfermedad crónica incurable, pero también leí algo importante: "No contagiosa". Eso me dio alivio.

Mi tratamiento duró seis meses, y sí, la enfermedad se fue. Empecé a ver alivio en mi piel y me salió el pelo nuevamente.

Llegamos a la conclusión de que los pacientes con enfermedades de la piel necesitan mucha ayuda porque muchos están solos. Decidimos organizar reuniones con pacientes. En el hospital construimos lo que ahora es la Asociación Mexicana contra la Psoriasis, que fundamos en 2003. Este espacio permitió, por primera vez, que los pacientes y sus familias externaran todo el daño interno que traían tras tantos años.

Ante cualquier enfermedad, uno debe acudir al médico, no automedicarse. No es sencillo; por eso hay especialistas como los dermatólogos. Ellos deben tratar la psoriasis. Deben llevar sus medicamentos tal como lo indique su médico. Es una enfermedad no contagiosa, pero sí se puede controlar.

La enfermedad cambió mi vida, nuestra vida. Ahora, desde hace más de cuatro años, tenemos un nieto, un chiquito que ha sido como otro milagro de la vida para nosotros. Nos ha dado fuerza para seguir adelante.

[FIN del video, aparece el logotipo de la empresa Bristol Myers Squibb]

Mi Psoriasis - Sergio Navarro